Me has visto (The Thorn Within)

He tenido que preguntármelo de nuevo... y soy malo dando respuestas a preguntas que no la tienen: ¿de qué sirve tener dentro lo mejor si al segundo simplemente duele?

Nada es como debería ser de acuerdo al sueño de un sueño que dormido se volvía real, donde tú eras yo, donde uno más uno siempre es uno, mejorada versión de los dos.

Agridulce sabor de una sonrisa que ya no se dirige a mí. Nunca lo hizo en verdad. Si el destino juega conmigo quiero saber las reglas, al menos para hacerme a la idea de cómo romperlas.

Agridulce la mirada que asiente y que consiente, con alevosía aunque de repente, el gesto no forzado de una mano que no es la mía. Entonces quiero lanzar el grito del silencio sordo que las noches han escuchado jamás, que el tiempo pare enre mis manos susurrando palabras y lamentos, pidiendo perdón por los momentos que no vendrán.

Y en mis manos, frías, desnudas, blancas no por la ausencia de pecado, se esfuma la ilusión del momento que debería haber sido y murió antes de nacer. Con la música que te presenté, comprendiendo todas las notas en acordes que retumban todavía... no puedo parar la llama de lo que sentía, ahora quemándome a mí.

Cómo hago ahora para verte sin dolerme todo lo que puede doler por dentro. Y sé que duele, y que este dolor es imperfectamente real... no hay más que ver las lágrimas que no saldrán.

Tan real que podría arrancarlo si tan sólo tuviera el valor de olvidarte. Tan imperfecto que podría olvidarlo si tan sólo pudiera arrancarlo.

No me queda nada por lo que soñar, no queda nada que pueda esperar de esta vida, tan maldita y empeñada en bromear, con corazones remendados de los errores del pasado, a la espera del futuro, donde lo único seguro es lo que no ha de venir.

Tal vez será que soy sólamente uno, y nada más importa.