ayer

fué lo que se dice un día perfecto, trabajé de 8 a 10.30h, luego nos fuimos al pueblo para visitar el cementerio y comer con mi madre, mi tía y mi primo, lo pasamos genial. Después de comer nos fuimos a visitar a mis suegros, esta vez, mi suegra y yo cambiamos el habitual cava por un experimento a ver si nos salían las caipiriñas, y si, nos salieron, nos tomamos dos (y los demás también), qué ricas... qué peligrosas... acabamos como siempre jijijaja. Mi sobrina la pequeñaja (tiene meses) se dedicó a mirarme fijamente durante todo el rato (me recordaba al gato), no me quitaba sus ojos de mis ojos, llegó un momento en que simplemente nos mirábamos muy concentradas... el resto también se quedaban mirandonos, alucinaban con la situación... :-P

el broche final lo puso mi sobrino (de cuatro años) que me hizo el honor de regalarme su avión prefabricado (se lo hizo su abuelo con cuatro palos) con la condición expresa de que se lo devolviera en la próxima visita. Eh! eso es un honor y una responsabilidad, porque si me lo hubiera regalado sin más, yo lo habría tirado en cuanto llegara a casa, pero al ser con vuelta la cosa cambia... hemos decidido que se lo devolveré pintado, lo pintaré de rojo y blanco... mola!

y el otro broche final del día fué a la noche cuando me llamaron de alicante para comunicarme y comentarme varias cosas y yo darles la idea que tenía para vender en la web, que les encantó.

vamos.. perfecto... día perfecto