...pero esta noche
suena la dulce historia de la última cena para los dos. He visto cómo se tiraba la chica del puente horas después de cruzar una delgada línea roja. Mientras tanto, nada más importa.
He sentido el frío de las palabras mientras alguien juraba confianza eterna. Tan cerca y sin embargo tan lejos... no hay luz para iluminar según qué caminos, no hay mapas para guiar según qué viajes. No podría sacar mucho más de este corazón. Y lo sé.
He percibido el calor apagado de los labios mientras se entrecortaba la respiración. Podría abrirme más si supiera cómo, si supiera que es posible. Y si no es tradicional será a nuestro modo... hay palabras que no se necesitan decir. Y lo sé.
He cruzado el tiempo para volver al escondite que me proteja de la lluvia. He querido arrancar las espinas que tiñen de rojo los pasos a olvidar. No me importa lo que pueda escuchar, no es ese el juego a que jugar. Y lo sé.
He bajado los peldaños desde el cielo al que creí subir. He escuchado el eco de mi voz en el vacío, he visto los años pasar sin haber trascurrido un día. Y si quiero estar seguro es de nada, y si quiero morir que sea en cinco minutos. No importa lo que pueda hacer, no importa lo que pueda saber. Y no quisiera saber.
Y mientras el viento resuena mudo a mis preguntas, tus ojos no me miran en esta primavera sin flores en la que no deja de nevar.
Y si todo es uno, uno es todo.
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y así sucesivamente...
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